domingo, 21 de febrero de 2016

Necesidades de un niño con Síndrome de Down en clase.

  •      Es conveniente dar posibilidad de trabajo individual, con actividades entre compañeros, y en distintos tipos de agrupamiento. Eso supone variar la distribución de la clase y la ordenación de las mesas para favorecer actividades en pequeño grupo.
  •    Llevar a cabo estrategias de organización de la información, como los esquemas previos o los resúmenes finales al concluirlo.
  •   Diseñar recorridos de aprendizaje para cada objetivo, que ofrezcan oportunidades para aprender contenidos que no dominan.
  •     Incluir tareas de refuerzo en la programación.
  •     Planificar actividades variadas para el mismo objetivo.
  •    Valorarla posibilidad de incluirla intervención coordinada y simultánea de dos profesionales con el mismo grupo-aula, para apoyar a este alumno o a otros.
  •    Realizar una distribución flexible de espacios y tiempos. Por ejemplo, distribuyendo la clase en zonas de actividad o talleres y los horarios en función del ritmo de trabajo de los alumnos. 
  •   Utilizar esquemas, imágenes, gráficos, pictogramas, etc. Que ayuda a la comprensión y la asimilación de ese contenido educativo al niño con síndrome de Down, al tiempo que sirve para acercar esa información a los demás alumnos de la clase.
  •   Estructurar las lecciones para todos los alumnos, dando una idea general al principio, resumiendo los puntos clave a medida que se progresa y realizando un repaso al final.
  •     Resaltar las ideas fundamentales de cada lección, a partir con técnicas de subrayado o resúmenes. Para ayudar a los alumnos a realizar tareas de síntesis, entresacando lo esencial.
  •     Organizar las clases programando momentos para llevar a cabo supervisiones individuales de los alumnos. Cinco minutos tras una explicación al grupo clase para que el maestro se acerque al niño con síndrome de Down y compruebe qué ha entendido.
  •      Tener previstos momentos de descanso en el aprendizaje intercalados dentro de las sesiones de clase, por ejemplo, con actividades de libre elección.
  •     Confeccionar un banco de materiales en clase, con actividades para cada unidad didáctica con diferentes niveles de dificultad para los distintos alumnos.
  •     Limitar las exposiciones orales en clase, complementándolas siempre que se pueda con otras formas de actividad, que impliquen un mayor grado de participación del alumno.
  •    Acortar la duración de las sesiones de trabajo. Dos sesiones cortas suelen ser más productivas que una larga.
  •     Lo último pero más importante, es trabajar siempre desde la inclusión de estos niños ya que solo necesitan un poco más de ayuda que tampoco perjudica al resto de los alumnos y puede incluso ayudarles a ellos también.

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