Curiosidades sobre las neuronas

• Tenemos alrededor de cien mil millones de neuronas y al día se construyen 20.000 (¡una cada 5 segundos!), pero también se destruyen muy rápido.

• El estrés afecta mucho a nuestras neuronas, ya que las que son ‘’nuevas’’ pueden llegar a actuar como las ‘’viejas’’, dando lugar a una enfermedad mental.

• Existen unas neuronas llamadas ‘’espejo’’ que hacen que queramos imitar comportamientos que vemos en otras personas.

• Hay unas neuronas que actúan como interruptor, de manera que si llevas muchas horas despierto, éstas se unen y envían señales de que necesitas descansar.

• Las neuronas se comunican entre sí enviando pequeñas descargas eléctricas. Se calcula que cada una de ellas tiene “un grupo social” formado por otras 10.000 neuronas, con las que intercambia información. Ahora bien, cuando consideran que hay un exceso de datos, una o varias de esas neuronas manda la orden de “desconectar” el sistema para que no sufra una sobresaturación.

• Hay dos tipos de neuronas: las excitatorias (un 80% de ellas) que se encargan de promover la estimulación adecuada para que nuestro cerebro aprenda y guarde información, por otro lado están las inhibitorias, que frenan a las anteriores.

• Las neuronas se alimentan de la glucosa, pero no necesariamente nos referimos al azúcar, sino a la glucosa que nuestro organismo genera a partir de los hidratos de carbono. También se alimentan de ácidos grasos Omega 3.

• En los últimos años se han desarrollado muchos experimentos interesantes sobre el cerebro y las neuronas. Y varios de ellos han demostrado que tanto los humanos como los animales (monos, ratas…) pueden experimentar sensaciones determinadas estimulando de forma adecuada la neurona adecuada. Es decir, es posible conseguir que sintamos que estamos deleitándonos con un delicioso batido de frutas multicolor aunque no estemos tomando esa bebida. Esto da pie a pensar que en un futuro nuestra vida podría ser algo así como una película de Ciencia-ficción y vivir la mayoría de experiencias de manera virtual.

Robert Cojocaru