domingo, 21 de febrero de 2016

Validez de los niños cómo testigos.

El sistema judicial pone en duda la credibilidad de los niños como testigos, ya que estos pueden ser susceptibles y confundir la realidad con la fantasía.  Actualmente se permite su colaboración en los juicios siempre y cuando un juez dictamine su validez, y el niño sea estudiado por psicólogos. Aunque no se crea, en muchas ocasiones los niños son testigos esenciales, ya que pueden ser los únicos; como en casos de acoso, violencia familiar o abusos sexuales. 

Los psicólogos respecto a este tema, se respaldan en que los testimonios de los adultos pueden llegar a ser inexactos e incluso erróneos muchas veces. Por lo tanto, si se puede considerar a un adulto como testigo teniendo esas variables negativas, no hay excusa para no aceptar a los niños como testigos por posible imperfección. 

  • ¿Cómo trabajan los investigadores?

Tienen que tener en cuenta las dimensiones éticas de los niños, ya que la mayoría de los investigadores están acostumbrados a trabajar con adultos y a someterles a presiones, que no pueden emplearse con niños pequeños. Es importante que se trabaje con ellos en una zona de confort y simulando lo más parecido posible el acontecimiento. Esto debe realizarlo un investigador que previamente haya ido cogiendo confianza con el testigo, ya que sólo de esa manera será capaz de conseguir información. Hay que tener en cuenta la situación que rodea el interrogatorio, es decir posibles presiones por parte de algún adulto, o influencias indirectas al pensamiento del niño, y los posibles y comunes retrasos en los enjuiciamientos. Todo ello condiciona la investigación y hay que trabajar contando con ellos.

  • Conclusión:

Los psicólogos determinaron la posibilidad de que los niños testificaran válidamente en juicios, pero recomendaban que se hicieran los interrogatorios en declaraciones protegidas y siempre contando con la ayuda de un experto.

  • EJEMPLO:

Jennifer Royal, una niña de 4 años, tuvo que testificar en una investigación por el asesinato de un compañero de juego. Su testimonio, más las lesiones físicas con las que contaba, ayudaron a condenar culpable al responsable. Gracias a la participación de la testigo y al trabajo adecuado de los investigadores y psicólogos, pudo hacerse justicia

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