Imaginemos un buen plato de espaguetis. Conocer la trayectoria exacta de cada espagueti y todos sus puntos de contacto con los que tiene al lado parece un problema peliagudo. Sin embargo, es fácil de resolver con la tecnología actual: basta escanear la pasta en finísimas lonchas y reconstruir una imagen en tres dimensiones. El problema cambia radicalmente de dimensión si esta bola de pasta tuviera miles de millones de espaguetis. Y así es como podemos imaginarnos la inmensa maraña de prolongaciones de las células del cerebro humano. Por eso, hasta ahora, tener un mapa detallado de los contactos o sinapsis entre las neuronas era un reto inabordable. Pero los científicos creen que ha llegado el momento de ponerse manos a la obra y parecen dispuestos a conquistar una de las últimas fronteras de la biomedicina: el conectoma humano.
El científico Van J. Wedeen explica que, si en su recorrido las neuronas fueran transeúntes de una gran ciudad como Nueva York, las avenidas y las calles de Manhattan necesitarían los ascensores para construir la tercera dimensión del distrito de la gran manzana.
Si averiguamos todas las conexiones del cerebro podríamos llegar a entender cómo se alteran las conexiones en patologías como la depresión, la epilepsia o el alzheimer y buscar una posible cura.
Denisa Valentina Anghel 2ºBB.
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